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Salí muy de mañana a seguir con las actividades normales, muy normales a pesar de la latente incertidumbre que representaba la "epidemia Mexicana" en todo el país.

Dejé a mi regina en la mañana, fui a correr con mis nuevos colegas e hice mi hora y media habitual de ejercicio. Regrese a casa a bañarme y prendi la TV para saber nomas lo que se avecinaba.

El aviso fue exactamente 5 minutos antes del temblor y 20 minutos antes de salir a mi clase en La Universidad la salle. Llegue a clase y el ambiente era medio desolado y medio festivo, de todas formas para los alumnos es motivo de desmadre, no faltando las bromas "influenciables" y los tapabocas obligados por mamá y papá.

Salí no sin antes dejar tarea para los días de suspensión al mismo tiempo que recibí un par de llamadas de Regina quesque para ir por ella porque ya todos sus compañeros se iban a la 1:30, a lo cual le dije que esperara a su transporte y que dejara de estar... (no es verdad).

Me adentre al caos cuernavaqueño donde las mamás desesperadas corrían uniformadas con tapabocas azul y camioneta clasemediera por sus crios, no sin antes dejar una estela de aglomeraciones y caos por las angostas calles de esta estancada ciudad. Llegue a mi vieja UNIC a comer con mi madre adoptiva para fumarme al rector con su retorica perfeccionista y las mismas noticias de suspensión ya citadas tantas veces en el radio y la TV. Comí, me despedí de todos y sali rumbo a la UVM... si, ya se, ¡¡Ya vine vieja, Ya me voy vieja!!.

Cruce media ciudad para llegar a susodicha institución tan sólo para encontrar un paraje desolado, realmente desolado para un lunes a las 4 P.M. Un par de coches en el estacionamiento, 2 o tres polis en todo el campus y un par de administrativos rezagados para avisar a los despistados (como yo) que las labores se habían suspendido desde las 3 P.M. Estuve 5 min y regrese por mis hijas a casa no sin antes soplarme otra media hora de caótico trayecto con la atemorizada masa humana de esta diminuta ciudad.

Se que hay casos peores incluso yo mismo considero que mi trayecto es hasta cierto punto normal, pero esa sensación de vacio, de ver los lugares habituales vaciarse asi sin mas, por una razón platicada y muy comentada, controvertida y sin tener la certeza de que así es realmente, como se nos cuenta por un lado o por otro; incluso leí por ahi a aquel que le echa la culpa al gobierno, a AMLO, a Obama, al calentamiento global o a una factura que esta cobrando el planeta por el uso desmedido de los recursos.

Queda flotando una necesidad de saber con más certeza, de leer los informes personalmente, de tener el control de...algo. Estaremos hasta nuevo aviso pegados a la TV para ser guiados por Joaquin, la voz más confiable del cuadrante o el comunicador de su preferencia...Suerte.

Paz.