La vista nublada, una piedra áspera en la garganta y una corriente eléctrica por todo lo largo de la espina es lo que se siente cuando la adrenalina toma control del cerebro, como sentir comezón y tener las manos atadas a medio centímetro del área atacada, lo único que ocupa el pensamiento es quitarlo, a como de lugar, sólo quitarlo, sin pensar en buscar opciones para hacer eficiente la tarea. Quique caminaba de un lado a otro, sin rumbo, regresando sobre sus pasos, rascándose la cabeza con rencor, secándose el sudor, moviendo las piernas en un temblor ansioso mientras Nazo solo miraba desde su silla, esperando que la orden de “tu vienes conmigo” se cumpliera simplemente dirigiéndose a algún lugar.
Cálmate pinche Quique, no inventes cosas, estas medio paranoico desde la llamada de tu Papá, a mi se me hace que es puro cuento. Déjalo Tawil, creo que si lo que dice es cierto deberíamos salir por la puerta principal, los guarros están doblando la esquina. No mames, Jordi, el que debería callarse eres tu, desapareces días y quieres venir a liderear la huida, como sabemos que no te traes algo. Cálmense doctores, pensemos que pasa.
El Dr. S salio de la oficina y cruzo el piso hasta la ventana, al asomarse regreso con un movimiento súbito, lo cual indicaba que si había algo afuera. Caminó de regreso sobre el mismo pasillo y al pasar por la puerta principal dedicó una mirada pausada hacia el auto estacionado del otro lado de la calle; continuo su camino, entro a la oficina y cerro la puerta.
Efectivamente hay un coche en la esquina con dos viejos conocidos, lo que me intriga es que también frente a la puerta principal hay otro auto y también tiene dos personas; las opciones son: o viene acompañando a los “amigos” apostados en la esquina o viene por su cuenta, si alguien sabe algo o tiene algo que decir es el momento ya que estamos todos atrapados y si son de diferente bando alguno de los dos saldrá perdiendo.
Mientras decía todo esto, el Dr. S. no apartaba la vista de Jordi mirando de reojo a Nazo y Marlene, Quique seguía dando vueltas como bestia atrapada y Jordi peleaba con Tawil a ver quien aguantaba más la mirada del otro.
Pues no se ustedes, pero yo creo que el Dr. Jordi tiene que darnos una explicación de donde ha estado estos días. Que te pasa naquete, quien te crees tu para hablarme así e insinuar que yo soy responsable de esto. Doc, yo no estoy insinuando nada y ultimadasmadresmentes no le creo nada, la cosa es que todo esto es para buscarme a mi ¿no? Y sin mi usted no estaría metido en quien sabe que enjuagues, así que mejor diga algo y deje de estarse haciendo güey.
Jordi salto de la silla como si tuviera un resorte en el trasero, con la cara roja y las manos hechas piedra, caminó hacia Nazo en un arranque de desesperación para encontrarse con la redondez de Quique a medio camino coronada por la descomunal y resuelta figura de Nazo con toda la serenidad que podía faltar en ese momento dentro del cuarto. Nunca lo había visto tan alto.
¿A dónde? Creo que sí tienes algo que decir Jordi. Tas loco Quique, este pinche naquito que ya ve cosas raras. Naca tu madre… Tranquilo Nazo, dejemos que hable, creo que si se deben muchas explicaciones o por lo menos una de 4 días. Yo no debo nada, además es por el bien de todos. Ya salio el peine, otro que solo piensa en su futuro antes que el bienestar común. Pinche Quique, ¿de veras crees que esto se trata del bien de la humanidad? Tenía la esperanza de que no fueras tan inocente, pero veo que todas tus mamadas son en serio, crees que vamos a ser una gran familia intocable, estoica y sólida, con filas eternas de gente que necesita nuestra ayuda, nosotros al principio de la fila administrando inyecciones, jarabitos o palmaditas en el lomo de los pacientes agradecidos y sonrientes; crees que ganaremos el premio nobel de medicina por ser una asociación altruista, anónima, sobreviviente por subsidios de empresas u organizaciones gubernamentales en un sistema ideal, honesto y que la filantropía es la base del desarrollo de la ciencia; a veces me haces sentir como Dick Van Dike bailando con pingüinos y tú volando con tu pinche sombrillita negra; date cuenta, lo que tenemos entre las manos no es mielecita con limón para la tos, es una oportunidad de que cualquier individuo, ente, empresa, organización o lo que se le ocurra a tu corta mentecita adquiera poder absoluto en un mundo regido por un mercado todopoderoso, no seas güey Quique, por favor, esto no se trata sólo de poder o reconocimiento, se trata de beneficios, de estar en el lugar preciso en el tiempo exacto y si lo hacemos así, Nazo estará tranquilo en donde tenga que estar, nosotros estaremos bien colocados y podremos obtener el mejor trato de una causa perdida, entiéndelo bien per-di-da; ya se que les vale madre lo que les diga, entre tu altruismo y las posturas mercenarias de tus colegas no vamos a llegar a ningún acuerdo, solo les digo que uno de los coches si es de mi contacto, el otro no lo se y me vale sorbete. ¿Cuál es el de tu contacto?. ¡Ah! Ya te intereso regordete, por lo que sé iban a mandar una camioneta, así que debe de ser el que esta enfrente, lo demás ustedes sabrán. Pinche Jordi, eres una mierda. Ardillita, ustedes dos también, según entiendo también estaban negociando por su lado ¿no es cierto?. Bueno ya basta, tenemos que pensar que hacer, creo que a ninguno de nosotros nos interesa que me lleven a ningún lado, a Jordi no le sirve que me lleven los otros, a Tawilan y Mar no les interesa que me lleve ninguno ya que sabemos que no son de sus conocidos y por lo que veo a Quique y el Dr. S. no les interesa que me lleve nadie, así que como esta la mercancía lo mejor será buscar la manera de pelarnos sin que nos cachen.
Todos miraron a Nazo sin hablar, las miradas fueron de reflexión y como buenos doctores de análisis, parecía que lo mejor por ahora era escapar para evitar un enfrentamiento mayor o que sus contactos supieran de los otros “interesados”.
Marlene, decías que tu contacto es de un laboratorio Francés ¿cierto?. Si Quique. Y mencionaste que querían investigar más del caso ¿correcto?. Así es. OK, podrías concertar una cita con ellos en media hora, que vengan por nosotros y no olvides coméntales que en media hora “en punto” vengan a recoger al sujeto, a sus doctores de cabecera y al equipo de investigación aquí a la puerta del laboratorio, todo el equipo o nadie ¿entendido?. ¿Estas loco Quique? Van a querer quedarse con Nazo desde ahora. Cállate Jordi, entendemos que es riesgoso, pero si no saben todo con exactitud y según lo que dijeron Ardillita y Moroco topo les seguimos dando largas, ellos son los únicos que pueden sacarnos de aquí por ahora. ¿Y si mejor llamamos a la policía?. Marlene, los guarros de la esquina son gatos del Sr. Secretario y los de enfrente son vasallos de mi papá ¿no es cierto Jordi?, así que no mames. Debe de haber otra opción. Dr. Jordi, por ahora es la mejor opción para todos, creo que ni para ti es conveniente hacer un escándalo ahora, manejémoslo con discreción para evitar desencuentros. Gracias Dr. S. por callar a este… en fin, Marlene a tu tarea y Tawil, tendrás que salir a ver el coche de la esquina para ver si les puedes ayudar con su "problema mecánico", asegúrate de ser atento y menciona que llamaras una grúa o a la AMA para que lo revisen, a ver si se mueven un rato. ¿por qué yo?. Porque a mi y al Dr. S. ya nos conocen y Jordi no va a cooperar. ¿Qué comes que adivinas?. Ahora sólo nos queda el problema del coche de enfrente, si vienen como contacto de Jordi, sabrán que hay algo raro, si salgo yo, seguro me conocen por medio de mi papá, al Dr. S. todos lo conocen. Marlene no distrae ni a la ardilla voladora. Tawil, silencio. Yo voy… ¿cómo crees Nazo?. ¿Por qué no?, nadie lo conoce y solo tiene que salir, preguntar, avisar que llamará por teléfono y regresar; no veo la complicación, además ya vimos que el jovencito tiene muchos huevos para organizarnos, dejémoslo resolver parte de su problema. Jordi, estás loco. Dr. Quique, creo que es la única opción, todos estaremos ocupados en algo y yo lo vigilaré de cerca. Carajo, es como ponérselo en charola de plata al ojete de mi padre y a este culero de pasada. Agradezco el cumplido colega, yo también te estimo. Pero me cae que en cuento estemos libres de todo esto te voy a partir la madre pinche Jordi. Lo espero con ansia Quiquito, pero en verdad os digo, de esta no hay modo de salir “libre” o por lo menos dentro de tu concepto, estate tranquilo que yo lo estaré por ahora tan sólo para probar mi punto, no creas que me importa lo que les pase a ustedes, me preocupa Nazo y estaré al pendiente.
Todos salieron de la habitación, Marlene corrió a su oficina asintiendo hacia Quique quién señalando el reloj le marco la hora de reunión. Jordi, Nazo y el Dr. S. fueron al cubículo frente a la puerta principal, Quique se quito la bata y se la dio a Nazo quién al ver que le quedaría de chaleco la puso en sus hombros. Tawil caminó a la puerta seguido de Quique, cruzaron una mirada de temor absoluto y ambos se alejaron en direcciones opuestas. El Dr. S. fue al final de la oficina para ver a Tawil durante la negociación, Jordi no se separaba de Nazo aunque quería saber como iba todo con Marlene, con Tawil, con Quique, parecía tan surrealista todo eso que hasta daba risa, a veces. Quique a la mitad del camino asintió en dirección a Nazo indicándole que era su turno,
No te preocupes Quique, me siento mejor en la calle que encerrado, ya sabes, si algo pasa la calle es mi casa, se como desaparecer y como hacer que me encuentres. ¿Y si fijamos un punto de reunión? Digo, por si las dudas. Nel, no hay bronca, si pasa algo yo te busco, no te preocupes, además es mejor así, si sabes algo te torturarán hasta que hables y si no sabes nada pos te torturarán hasta matarte, pero tu conciencia estará tranquila.
Nazo atravesó la calle sin voltear mientras Quique subía las escaleras de espaldas, sin perder de vista a Nazo, como queriendo ir por él sin importar lo planeado. Nazo se recargo sobre la ventanilla y rió con los guarros, señalo hacia dentro mientras el conductor estiraba la mano mostrando algo que no puedo distinguir. Tawil entro con paso calmado. El Dr. S. se alejó de la ventana seguido de Jordi con expresión satisfecha. Quique no podía ver hacia fuera por el reflejo de la puerta, las noticias de Tawil y la confirmación de que el coche se había movido por parte de Jordi y Dr. S. Marlene camino hacia Quique y de frente a el tapándole la visión informo que llegarían por ellos en 15 min. en tres vehículos completamente blancos a la puerta del laboratorio, todo estaba arreglado.
¿Y Nazo?. No se Ardilla, si te quitas de enfrente tal vez pueda ver donde esta. Ya no esta la camioneta Quique. ¿cómo que no esta Tawil? ¿Y Nazo, donde se fue?, carajo, sabia que no debía salir, ¿están seguros que ya se fue el otro coche. Si seguros Quique, ya ves te dije que mejor la hubiéramos arreglado por la buena, de todos modos tu papá siempre se sale con la suya. No cabe duda que si eres una mierda Jordi.
Salió empujando la puerta con todo el ímpetu de su cuerpo, volteo a ambos lados de la calle al más puro estilo de Scarlette O’hara a la búsqueda de su amado, con el rostro desencajado por la desesperación y las ganas de romper con las manos el trecho que los separaba, la culpa lo agobiaba más que la preocupación, no pudo cuidarlo como se lo prometió y además se lo puso en charola de plata a su némesis de nacimiento, valiente guardián.
Las autos blancos doblaron la esquina, Quique los vio acercarse a paso constante como remolcados por el primero, brillantes al sol y vidrios polarizados. ¿Que todos incluían en sus inventarios “autos de incógnito” como activo fijo de la empresa?. El desfile se detuvo frente a Quique, las puertas de los tres vehículos se abrieron frente a el y escucho que todos salieron por las puertas abatibles.
Quique, será mejor que subamos, si se llevaron a Nazo por lo menos podemos ayudarlo, el Dr. S. trae todos los informes y tal vez consigamos aliados. Jálalo a fuerza Marlene, esta apendejado, no le preguntes y arrástralo. ¿Y Nazo Marlene? No podemos dejarlo aquí, tal vez regrese, no sabemos si escapo y espera encontrarnos aquí cuando vuelva, no podemos irnos, vayan ustedes yo lo espero aquí. Quique, se lo llevaron. ¿tu viste cuando se lo llevaron?, ¿viste cuando subió a la camioneta? Seguro se escapó y va a volver, estoy seguro.
Del primer auto salio una figura espigada, con el cabello rubio y piel perfecta, blanca; con paso largo pausado y sólido se acerco a Marlene extendiendo la mano.
Dra. nos da gusto que nos haya contactado soy el Dr. Paullete, ¿están listos para partir o nos hace falta alguien?. No, estamos listos. Pero falta una persona según sus indicaciones. No, es solo que uno de nuestro equipo no ha llegado y no podemos hacerlos esperar, así que ¿nos vamos?. Y, disculpe la indiscreción, ¿quién es el sujeto?. Lo esta viendo frente a usted, se llama Quique, ¿vamos?. Vamos pues.
Quique veía alejarse la puerta del laboratorio, no perdía de vista la calle y aún cuando los ojos no podían distinguir más la esquina no apartaba la vista de la calle, con la esperanza de que Nazo apareciera doblando la esquina. La procesión que avanzaba a velocidad solemne viró a dos cuadras de la esquina del laboratorio. Justo cuando se perdió de vista la esquina vigilada Quique de un salto lanzo a Marlene hacia la ventana, trató de abrir la puerta sin éxito, volteó hacia Tawil y tomándolo de las solapas lo sacudió.
Nazo llego, diles que regresen, nos esta esperando en el laboratorio, diles que paren. Cálmate Quique, ¿que te pasa?. Lo vi Marlene, lo vi doblar la esquina. No mames Quique, si no ves nada a esta distancia y tus lentes están mas que sucios, no pudiste distinguir desde aquí. Te digo que era el, fue solo una fracción de segundo, pero era el. Cálmate Quique, si era él seguro esta bien, esperemos que todo se desarrolle con calma y cuando volvamos veremos qué podemos hacer ¿OK?. ¡No! Tenemos que volver. Miralo de este modo Quique, te haces pasar por Nazo y dependiendo como se comporten estas personas sabremos su verdaderas intenciones, ¿te parece?. ¡Tawil! Hasta pareces humano, por pensar en Nazo y por pensar siquiera. Gracias ardillita, para que veas que nos soy tan mal partido. ¡Hay! La tenias que cagar, ¿cómo ves Quique?.
Miro a Marlene largamente, se sentó despacio y recargo la cabeza hacia atrás mirando las nubes por la ventanilla trasera. Silencio.
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