Cuanta espera, cuanto nervio y cuanta ansiedad, a final de cuentas en dos horas estas fuera y regresando a lo mismo de siempre, lo bueno de todo como en cualquier lugar es la experiencia, las anécdotas y sobre todo el platito de garbanzos con chile que tanto daño me hizo. ¡Ah! por cierto, compre taza, playera y pines para los que tenían la duda ¿?. El justo cierre para una noche de lágrimas purpuras. Ja, ja, ja.
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