Silencio...

-¿Que pedo putin?
-Que pedo pinche negro...
-¿Entonces que? ¿si se hace o no?
- Pues...bueno va...nos vemos a las 8.00
-Orale...te lo lavas...

(fade a negros)

Con la mano extendida miraba las gallinitas de metal aproximadamente a 50 m de distancia. La veía a través de la mirilla de una Bereta 22, nunca había sostenido una pistola (mejor me ahorro el albur), nunca pensé que estaría haciendo ese tipo de actividad viril y en este país tan clasista y tampoco pensé que lo haría con uno de mis mas entrañables amigos, a pesar de las distancias físicas y de carácter.

Disparamos cientos de cartuchos (de verdad) calibre 22, escopeta, e incluso 2 tiros con un rifle de alto poder para caza, fue muy, muy divertido, sin sangre de por medio ni tiempo de término de la actividad, relajado, tratando de destruir discos voladores e intentando atinar a través de la mira telescópica a una marca situada a 400m aprox. Es inevitable sentir la adrenalina del tirón del gatillo, el golpe en el hombro, el gis en los oídos y la concentración de mantener firme la escopeta pegada al hombro para seguir el disco en franca huida. Buena carga de adrenalina, de verdad lo recomiendo.

Lo mejor de todo: reencontrar nuevas-viejas amistades, encontrar que no sólo esta el cine como actividad recreativa y sobre todo distraerme por unas horas de todo esto que no me deja vivir.

Espero poder repetir esto pronto o, en su defecto, encontrar otra actividad que me permita olvidar sin que involucre nada referente a relaciones afectivas.

Como dijo Bart simpson: -... dos hombres solos, durmiendo en el bosque, sin nada que hacer mas que beber cerveza y esperar un venado... se me hace medio gay...-

Después del estruendo y del infinito eco viene un silencio tan reparador... tan diferente, tan tranquilizante...