Tiempo...

Vueltas, vueltas, de arriba a abajo,
sin mirar a un solo lugar,
tratando de fijar la mirada
en algo que merezca la pena un poco de atención,
solo mirando sin observar,
sin que el interés se fije en nada,
en nadie, pasa la vida, sin sentido,
sin razón, sin porque.

El tiempo se va sin buscar,
a veces pienso que sería mejor tener un tiempo límite
y tratar de lograr el objetivo,
pero, ¿y si no hay objetivo?
solo vueltas y vueltas, arriba, abajo, sin parar.

El tiempo se va, sin razón sin poderlo detener,
como sal entre los dedos, rasgando la piel,
dejando huellas ácidas en la carne viva,
solo se escapa, pero deja las huellas de que existió;
dolor, cicatrices, ardor, temblor y me pregunto si pasará,
si es un espejismo, un sueño, tal vez si me tallara los ojos...
pero la sal provocará lágrimas al darme cuenta de que todo es real.
No quiero más lágrimas,
ojalá y solo fueran de los ojos,
ojalá y pudiera cerrarlos y descubrir una realidad diferente al abrirlos,
que las heridas se cerraran, que el dolor desapareciera,
que la sal no se escapa más, que mi tiempo regresa,
porque es mío, mi tiempo, mi vida...
mi dolor, mis lágrimas.