23 julio, 2007

Cantando en el baño...me acuerdo mucho de ti.




Entre a la regadera como cada día, con un píe por delante para sentir el agua, estaba tibia como siempre, me moje el cabello y demás partes que tienen que ser previamente humedecidas para posteriormente ser enjabonadas y talladas pretendiendo hacer un trabajo inmaculado en las máculas adquiridas durante todo día anterior.



No hace falta enumerar las partes talladas y mucho menos los recovecos u oquedades (o como decia mi abuela huequitos) que pasaron por la justicia del zacate. Pero gran sorpresa me lleve cuando descubrí que a pesar de mis largos brazos no alcanzaba a tallarme "esa" parte de la espalda, no tan cercana a las nalgas ni tan a la altura de los hombros, más bien, en medio. Para ser mas científico, en la parte media del trapecio, justo en la intersección de los omóplatos, exactamente arriba de la tercera o cuarta vértebra ¿cervical?, poráhi.

Eche la culpa a mi rigidez muscular, al no haber practicado gimnasia, al haber hecho sólo deportes para macho, al haber nacido desproporcionado y sobre todo, al que no había nadie que me auxiliara en tan inalcanzable tarea. Me senté en la barda de la regadera y realice un triste inventario de todas aquellas cosas que me repugnan de mí y que sólo tu hacías como si fueran sagradas.

Me acariciabas la cara grasosa de todo el día, me abrazabas cuando llegaba sudando de hacer ejercicio, te acostabas sobre mi brazo justo a 3 cm del sope sin importarte las emanaciones que despidiera, incluso jugando a olerlo posterior incomodidad mía, pasabas tus dedos por mi bello del pecho, me abrazabas por la espalda y me acariciabas la panza, tenias una manía enfermiza con mis barros, nos quitábamos las lagañas, los mocos, nos cuidábamos las enfermedades, ya el colmo, guarde un algodón con tu sangre... en fin. Simplezas tal vez, cochinadas pensarían algunos, pero la única explicación que teníamos era: eres Tu y Tu eres parte de mí. ¿Será que el amor es directamente proporcional a la aceptación de las secreciones del otro? ¿habrá una línea delgada entre la aceptación y el gusto? ¿ las secreciones corporales tienen que ver con el amor?.

¿Reflexión o estupidez? la cuestión es que al final me tallé la espalda con un zacate más largo, pero hubiera sido mejor que estuvieras ahí para esa simpleza, tan sólo para esa simpleza. Hasta mi espalda te extraña y eso que ni la conozco.

El hueco del estómago se hizo más grande...

1 comentario:

Liliana dijo...

Es simple, es 'la ley de los fluidos' en mecánica lenta, suave, tan sensual como real, tan real como vital, tan vital como que no podríamos vivir sin ellos... Sin ellos.
Eres mi master diario, que no se te olvide.