Han pasado cientos de meses, miles de días y millones de segundos, así parece; tiempo para reflexionar, esperando reconstruir, rearmar, juntar los pedazos y seguir lo más entero posible. Siempre se pierde algo en el camino.
¿Qué pasa cuando te das cuenta de la realidad que tenías en las manos? el día a día que era la vida entera, la decisión correcta, la apuesta máxima que al final fue exactamente lo que querías de la vida, el lugar más anhelado sin pensarlo.
Quedaron recuerdos, amarguras, días cíclicos de repetición interminable; lo mismo, uno tras otro, tras otro...y un vacío que cada vez se vuelve parte de mí.
A veces pienso que aprendes a vivir con ese hoyo, como una piedra en el zapato, un padrastro en el dedo o una espina en la palma de la mano que simplemente no sana, se compacta con lo cotidiano y lo llevas como parte de ti, te acostumbras a modificar tu vida diaria obviando esa incomoda presencia, la ausencia.
Capsula de tiempo nomas, seguimos cargando. Paz.
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