25 abril, 2008

Buenos días.

Las primeras luces entraban por ese pequeño espacio incomodo que queda entre la cortina y la pared, por más que cierro en la noche siempre queda un resquicio imperceptible que para colmo da exactamente en el rabillo del ojo.

Extrañamente esta mañana no giré con premura a ver el reloj, ni repare que la hora de levantarse es mucho antes de que salga el sol; no escuche los pájaros ni los llamados de la gente cercana, mi hija no llamo para reclamar que no pase por ella puntualmente a las 6:25 para cumplir con sus obligaciones académicas. No sentí el calor abrazante de la primavera morelense y no percibí un solo movimiento debajo de las sabanas.

Gire un ojo sobre su orbita, solo el ojo y el reloj estaba en blanco, la TV apagada, las sabanas estiradas sobre mi y ningún ruido, absolutamente ningún ruido, sólo ese "gis" que se percibe en el silencio excesivo. Creo que hay motivos para preocuparse... no hoy, o, pensándolo bien, si hay motivos pero la preocupación en si, no, no la siento.

No moví un sólo músculo, ni siquiera modifique la respiración, no me desperece, no me estire ni me rasque...nada como todas las mañanas, no me moví; permanecí simplemente; sin pensar en la hora o en los porques de tantas omisiones ambientales, como si todo se hubiera desvanecido de pronto, hasta esa voz interna que te levanta cada mañana estaba en total ausencia, no solo en silencio, se fue, así no'mas.

Había una paz total, no pensé en nadie, en nada, evite pensar y despertar a la conciencia, de azuzar su labor culposa hacia mi pobre ser esclavo de sus ordenes, simplemente la deje ir, deje que disfrutara la laxitud de no cumplir y la dulzura de no existir por unos instantes.

Gire los ojos una vez más, con cuidado, despacio, sin hacer ruido dentro de los parpados hinchados para ver a través de un agujerito entre las sabanas, en realidad no sabia ni en que posición estaba, no sentía el colchón y supuse que las sabanas no pesaban, que el estado de insensibilidad era producto de la inconciencia ¿pasajera? que estaba viviendo. Vi lo mismo de todos los días, las piernas estiradas y las manos bajo la almohada, la pijama de siempre y los pies colgando por fuera del colchón, todo igual, solo un poco más grises y lejanos que de costumbre, sin sentir el sudor de algunos días ni el escalofrío de otros tantos, inmóviles, laxos, despreocupados.

Me asalto la intención de preocuparme más la contuve, hice una evaluación estratégica relámpago y después de pensarlo durante 2 segundos decidí que el estado actual era tan cómodo y conveniente que podría mantenerlo un tiempito más. Total si era pasajero pues, pasaría y si era permanente no había caso en buscar detenerlo, de cualquier forma se estaba tan bien así, sin oír, sin sentir, sin hablar, sin pensar; era tan cómoda la total inconciencia-conciente que sabía la extrañaría cuando pasara, si es que pasaba, ojalá y no pasara.

Se movió el dedo gordo... sentí la pesadez... de las sábanas también.

1 comentario:

Liliana dijo...

"... I have become comfortably numb."