Cuanto silencio, cuanta suavidad, cuantas sensaciones se mezclaban en el ambiente, era como un mundo nuevo, tantas cosas rozando directamente los sentidos, invadiendo, descubriendo, definitivamente cualquiera podría acostumbrarse a esa vida. Nazo veía el techo entre sombras y luces tenues provenientes de las farolas nocturnas que se colaban entre las persianas, miraba sin atender y las figuras de tantos pasados se materializaban entre esa superficie lisa y las sombras cambiantes, veía las escenas de su infancia y los rostros conocidos, ojala y todos pudieran estar ahí, sentir esas sabanas de franela, la suavidad de la almohada y la limpieza en el cabello. Extrañó a su carnalito.
Sólo esperaba que todo saliera como lo habían dicho tantas veces los doctores, sus nuevos amigos, estaba conciente que todo sería diferente y que su vida por primera vez estaba en otras manos. Carnalito, donde quiera que estés, cuídanos. Suspiros.
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Entonces Doctor, que más nos puede decir de este tal Nazo, de verdad no entiendo como puede ayudarnos como consorcio o de que manera puede contribuir a que nuestra posición sea ventajosa sobre nuestros competidores, ¿realmente cree que podemos enfocar nuestros esfuerzos en un sujeto venido de la nada y sin ninguna prueba que avale su discurso?. Licenciado, ¿sabe hace cuanto no saboreaba un filete así de grueso? y si a esto le sumamos éste perfecto merlot español (acompañados de café y postre por supuesto), le podría decir que es más de lo que esperaba para el día de hoy, un día común dentro de una vida rutinaria y demasiado común para llamarse vida; más de lo que esperaría cualquier investigador común comprometido con su labor de ayuda, altruismo, estudio y capacitación constante en toda su vida, pero, se lo digo honestamente, podría acostumbrarme a esta vida; sin horarios, sin horas extras y sin reportes minuciosos, sin exámenes que aplicar y sin estar manipulando muestras de fluidos corporales infectados de quien sabe que cosas, de verdad mi Lic. mas que una transacción es una oportunidad, para ambos. ¿Usted lo cree así?, me da gusto, pero aún no tengo ninguna garantía. Licenciado, licenciado, seamos realistas, o mas bien dicho, no nos hagamos pendejos, en principio usted no estaría aquí perdiendo su valiosísimo tiempo y dispuesto a usar su exclusivísima tarjeta dorada si no supiera que hay algo interesante a cambio, por favor “milic” no nos ofendamos. Doc, no hagamos conjeturas, mi empresa no realiza labores altruistas ni siquiera canalizadas por la fundación, nuestros intereses van mas allá de las monedas e incluso de las cotizaciones de la bolsa, necesitamos garantías, por escrito, con pruebas, y acto seguido control total del “caso” lo cual correrá por nuestra cuenta, por ahora sólo le puedo decir que su trabajo es mostrarnos esa “garantía” y por supuesto que nos encargaremos de sus sueños. No quiero sueños Lic, quiero tener el crédito total del descubrimiento, ser parte del proyecto, tener una residencia en las instalaciones y por supuesto que en la puerta de mi consultorio diga Director o Manager o CEO o algo por el estilo, créame Lic, no es ni la milésima parte del beneficio que obtendrían ustedes, yo sólo pido un poco de justicia. Esta bien doctor, sólo un par de cosas más, queremos exclusividad en la negociación, si sabemos que alguien más esta tras el proyecto y nos enteramos que es por conducto suyo los privilegios se pierden; y por último mi tarjeta no es dorada, es de platino y no la gane jugando al doctor ni haciendo estudios de pipi, así que si quiere llamarme “milic” gáneselo, provecho “midoc”.
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Quique, te llaman por teléfono, quesque tu papá pero tiene voz de vieja. ¿Mi papá? ¿Que no se había muerto?. No guey ese fue tu perro pero igual es lo mismo. ¡No! ¡El tantor no!, crecimos juntos y me lamía con muchas ganas cuando me ponía miel de maple en la v… ¡Hay! Cállate pinche quique, no seas asqueroso, eso es lo malo de trabajar con pseudo-hombres, pseudos-educados. Bueno ya Marlensita, ya paso, dame.
¿Bueno?. Si permítame. Típico… se han preguntado porque todos los pinches teléfonos tienen música de elevador. ¡Bueno! ¿Enrique? Soy tu papá. Si me dijeron y reconocí la música corpo-aburrida de tu conmutador. ¿Cómo estas? ¿Que tal las investigaciones, ya vas a poder curarte la ictericia o sigues en franca conversión a iguana?. Buena papá, la apuntare lo prometo, que se te ofrece, espero que sea algo importante porque tengo muestras frescas en el horno y no vaya a ser que se suban, ya ves como es la caca de inestable cuando esta a altas temperaturas, tu me entiendes. Touche monsieur le Kiké, pero en realidad sólo llamaba para preguntar como iba mi hijo con sus investigaciones, es el deber de cualquier padre ¿no?. Pues si pero me extraña que tu hables de deberes de padre, ya dime que pasa, y de antemano te digo que no necesito nada. No de verdad, creo que se me despertó el instinto paternal después de guardarlo por…¿35 años?. Uta, no se, pregúntale a mamá, chance y ella se acuerda. Bueno el caso es que estoy interesado en saber que haces últimamente para ayudar a la humanidad y pues, lo mas fácil, pensé en preguntar. Brillante, pero no te preocupes, todo va bien por acá y en verdad os digo: nunca te diría nada referente a mi trabajo, es demasiado poco para una eminencia como vos, instalado en las altas esferas de la medicina mexicana, tan cerca de Dios y tan lejos de la sala de urgencias. Gracias hijo mío, pero tal vez sea tiempo de interesarme más por tu trabajo, por ahora me conformo con saludarte y pues espero que podamos platicar pronto, a final de cuentas quien mejor para ayudarte que tu padre y (dicho sea de paso) uno de los doctores más influyentes en todas las agrupaciones médicas del país y anexos a 15,000 Km. a la redonda, o sea: Yo (por si no entendiste), ambas entidades en la misma persona, me faltaría “el hijo” para ser como la santísima trinidad ¿no crees? Únete a mi hijo, renuncia a tu perdicióoon. Si, como quieras, salúdame a mamá.
¿Qué quería el señor de los cielos?. No se Marlene, pero no creo que el instinto paternal se despierte de un día para otro y menos en estas épocas, llama a todos y diles que en cuanto llegue Nazo nos vemos en la sala de juntas, yo les aviso, pero necesito que estén aquí lo más pronto posible, yo le llamo a Nazo a mi casa.
Nazo, buen día, tenemos una junta urgente en el laboratorio, para un taxi y vente rapidísimo y directo para acá... No te preocupes yo lo pago aquí... si no hay pedo, sólo cuelga la toalla en el baño... tampoco te preocupes por eso, aquí hay café y compramos unas tortas para desayunar, sólo apúrate, no hagas escalas ni te bajes del taxi, vente directo, ¿ok? rápido...(pinche Nazo)... como que bici taxi, no mames, toma un vocho o tsuru... si no importa que sea de 4 puertas, córrele.
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Tan a gusto que estaba viendo la tele, y ora ¿que se les habrá ocurrido a estos? con que no fueran otro tambache de exámenes como los de los días anteriores todo estaba bien, lo malo es que se le notaba alterado a Quique, ojalá y no fuera nada grave, de cualquier forma ya sabia que todo esto iba a empezar a ponerse complicado, tarde o temprano, espero que las complicaciones no sean más allá de los exámenes, han sido muchos cambios en muy pocos días y no quiero vivir una vida muy diferente; extraño mis rumbos. Es buen tipo el Quique, ya ni siquiera tiene facha de doctor, ojala y todo esté bien. De verdad espero que todo esté bien.
¡Taxi!
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