Capítulo XI

Por supuesto que el demonio de la duda rondo en la pobre cabeza dura de Nazo, tantas preguntas, ninguna respuesta y tantas esperanzas, todo un cúmulo de sentimientos, incertidumbres, dudas, más preguntas y sobre todo el qué sería de su destino. Pero después de mucho pensar y quebrarse las neuronas se dio cuenta que en realidad no podía decidir solo, estaba más que consciente que no sabia el alcance de tener esa…¿responsabilidad?; así que mientras caminaba por Bucareli vió por primera vez en su vida la hora en ese viejo reloj buscando hacer un itinerario y dándose cuenta que sólo habían pasado unas cuantas horas después de la turbulenta noticia. Se detuvo un momento, volvió a ver el reloj, el sol, el reloj y finalmente miro al suelo sin mirar.

Suspiro atribulado y sacando un billete de 50 varos entro a una de las cantinas de la calle contigua. Sentía la mirada colectiva como una punzada en el rostro; nunca se había sentido tan observado, tan invadido, no sabia como esconderse y donde buscar una respuesta, en algún rostro o algún gesto, definitivamente no podía cargar con todo eso solo y después de saberlo sentía que no podría vivir tranquilo. Miró al cantinero que lo observaba desde el otro lado de la barra, miro su billete aún en la mano, lo guardo en la bolsa y salio entre miradas indiferentes. Ojala y el Doctor Quique aun estuviera en el Laboratorio.

…

Su rostro dibujaba una sonrisa extensa que sólo se ve en los niños cumpleañeros después de romper su piñata, se sentía amplio y generoso, con el rostro relajado y los brazos extendidos sobre la mesa como tomando ese aire que le faltaba hace escasa media hora, exactamente antes de ver a Nazo entrar por la puerta. ¡Dr. S. Nazo regreso! se escucho el eco de la voz de Quique en todo el piso seguido de inmediatos pasos apresurados provenientes de todas direcciones, como si hubiera llegado el hijo prodigo después de haberse ido años de méndigo o mendigo, es igual.

Todos tomaron un lugar alrededor de Nazo, acariciándolo, frotándole la espalda y alborotándole el cabello, con gestos tan familiares que no podían evitar reír y conversar con avidez, solo Nazo permanecía con esa sonrisa impávida y superficial que ya conocía, pero, que importaba, había regresado.

Nazo miro fijamente a todos mientras tomaban su lugar en las sillas y sin más preámbulos se dirigió a Quique. ¿Y’ora? Que hacemos… Nazo, a ciencia cierta no lo sabemos, por lo pronto te vas a mi casa como ya lo dijo el Dr. Santos y de ahí pues veremos como continuamos con la investigación y los procedimientos subsecuentes. Si Doc, pero ¿y yo que hago?, regresé rápido porque no se que hacer ni adonde ir, ni como vivir con lo que traigo adentro, siento miedo Doc, porque no se que va a pasar y yo solo no puedo saberlo, lo necesito a usted, a ustedes para que me digan que hacer y sacarme esto de encima. Nazo, primero tienes que entender que no es nada malo, al contrario es algo maravilloso, en tu cuerpo esta la llave para salvar millones de vidas, te puedo decir que el día de hoy eres la persona viva más importante del mundo y de la historia moderna, en tí esta el poder descubrir vacunas y curar a otros… Si Doc, pero yo no puedo pensar en los demás, no se como hacerlo, no entiendo como puedo ayudar a la gente y porque debo de hacerlo, no quiero tener eso dentro, ni se como lo van a sacar; No me da miedo que me abran ni que me lastimen, me da miedo el tener que cargarlo y el no saber a donde iré a parar durante y después de todo esto, con decirles que ya hasta extraño la tranquilidad de mi coladera por los días que vienen y no se si me vaya a gustar todo eso Dr. S... Nazo, no hagamos juicios apresurados, esta es para ti una oportunidad única de hacer mucho por todos, se que por ti nadie ha hecho nada, pero tu tienes esa oportunidad, además de ser admirado y envidiado, reconocido y adorado; eres único Nazo, único en todo el mundo.

Nazo se hundía cada vez más en el cojín de la silla, se preguntaba en que momento todo se había complicado tanto hasta el punto de sentir que el simple aire le quemaba la piel, todo daba vueltas velozmente y la habitación se hacia mas grande, infinita. Se tapo la cara y de pronto todos callaron.

¡Nazo! Se que tienes miedo, te propongo que vayamos a descansar, que te parece si nos vamos para acondicionarte el estudio como recamara y de pasada comemos algo, ¿cómo ves? – Silencio- Ta’ bien Doc, me siento cansado y no quiero pensar mucho en todo esto, y ahora que lo menciona pos también tengo hambre.

Salieron extendiendo la mano en señal de despedida, sólo por cortesía. Había miradas de complicidad y alivio en los rostros de los restantes, parecía que lo peor había pasado.

….

Oiga Doc, ahora que ya se fueron ¿usted que opina de todo esto realmente?. Pues vera Dr. Tawil, creo que dimos por hecho que Nazario estaría dispuesto a cooperar hasta el final en todo esto, hoy nos dimos cuenta de que no es así, por lo tanto tendremos que estar muy al pendiente y manejarnos con mucho cuidado para no invadir su persona… ¿Invadir su persona? pero si lo menos importante es eso Doc, el es la muestra más importante de la evolución humana, en nivel de importancia es como el eslabón perdido pero de la era moderna, es el parte aguas de una era de crecimiento y evolución a niveles inimaginables, que importa lo que sienta, tiene un deber con la humanidad. ¡No mames Jordi!, es una persona como tu (menos estúpido), pero es una persona, y además la vida no lo ha tratado muy bien que digamos, no esperes que sienta algún tipo de “empatía altruista” con nadie. Pues tal vez no un compromiso o una retribución Marlene, pero de que es importante es importante y no podemos dejar que se nos vaya de las manos. Pos si Tawil, pero a mi se me hace que a la ardillita le gusta el Nazo para mejorar su especie… ¡No seas Imbécil Jordi!, además de insensible y egoísta, pende…. Doctores, calma, creo que hay demasiados puntos de vista en esta mesa como para empatarlos al calor de los sucesos del día, sería mejor que los dejemos a un lado y mañana los hablemos con un poco más de juicio, descanso y sentido común. Si Doc S., solo una cosa más. Hable Doctora. Si en esta mesa hay tantos puntos de vista creo que tendremos que ser muy cuidadosos al sacar esta información de aquí, estar unidos como grupo, cuidar la seguridad de Nazo y sobre todo buscar los canales más seguros para ir dando a conocer cada detalle de esta información ¿no creen?. Así es Doctora, así es, muy cuidadosos y hasta cierto punto desconfiados.