-Maldita sea- se escucha entre dientes inmediatamente después de un estallido cristalino. Una figura rechoncha se agacha a recoger el desorden vidrioso pieza por pieza, con paciencia, tratando de no sacrificar un dedo en aras de la limpieza del piso 3ro. del Laboratorio Nacional de Genética en la UXX; ahí mero, en el norte de la ciudad, muy cerca de una de esas zonas conurbadas que mas bien sitúan al “norte citadino” en algo más parecido al centro.
Batablanca y paticorto, lentes anchos, cabello ralito, castaño y mal peinado, dedos hábiles, pero rechonchos al igual que el resto de la anatomía, toda una promesa de la cirugía (decía su padre), -podras ser un hombre de éxito igual que toda la genealogía seguidora de Hipócrates –bromeaba- era una promesa de la medicina moderna... ¿Cómo? ¿qué estas pendejo? ¿como que a la UXX?, tu lugar esta en la UNAM en la facultad de medicina y residencia de especialidad en España, en la U.N.M.S.M... seguir la tradición…continuar la hegemonía familiar… cumplir tus sueños…no defraudar a tu padre… -en fin, ahí estaba, recogiendo pedazos de una caja de petri con mecos de toro. A final de cuentas no sólo le gustaban los animales sino que en su interior esperaba el día de poder experimentar con material humano como lo hacían en Europa, E.U. y Asia, crear reemplazos de organos genéticamente clonados, buscar las causas de enfermedades, poder hacer a los seres humanos más perfectos, más resistentes, menos perecederos.
-¡Enrique! ¿ otra vez limpiando mecos,? A la otra tu vas a ir a conseguirlos ehh -escucho a su espalda - habias de ver al pobre ranchero que nos traes las muestras, ¡ya tiene unos brazotes¡ y además el “rocky” ya lo ve con ojos de amor- risas – cállate, doc, es que me distraje, estaba pensando en mamadas, ya sabes- mas risas – mientras no sean al rocky…- golpes y mentadas de madre; quien hubiera pensado que los dos folcloristas del lenguaje ahí presentes eran parte de el equipo de investigación genética mas pequeño del mundo.
Enrique, Tauilan (el bromista), Marlene, Jordi y el Dr. Santos… era todo, en todo el país era todo, 5 cabezas eminentes con ideas prominentes y recursos deficientes. Con auspicios de aquí y limosnas de alla; mas de alla que de aca, pero se las arreglaban para soñar (como todo buen investigador) con un mundo ideal o, como ellos decían, "improveado" genéticamente (claro).
Salían del laboratorio mas o menos cada tercer día y a la hora que podían o querían (si es que querían), Enrique en particular tomaba 2 peseras y el metro para llegar a su departamentito de la narvarte, sólo cuando era necesario por el cansancio o la urgencia de tomar un baño, descansaba un poco y regresaba recorriendo el mismo trayecto. No usaba celular, radio, ni nada parecido, solo conservaba una palm ancestral para tomar sus notas; odiaba las insistentes llamadas de sus padres y las interrupciones en su trabajo que en realidad era de tiempo completo. Nunca acepto el auto que le regalo su padre, ni el dinero que le ofrecía su madre a escondidas, ni la plaza en la secretaria de salud y mucho menos los consultorios con los que su padre quizo sobornarlo “N” cantidad de veces. Su vida era simple y dedicada. Sus únicos amigos eran esa recua de locos que sólo hablaban de células y adn´s, adiciones y cambios, combinaciones y mejoras, eso era plenitud, eso era el mundo conocido, sólo había que aguantar y seguir intentando (limosneando y malcomiendo) como cada día.
Ese martes salió al medio día por "recomendación" de Marlene. –Ya vete a bañar Quique, ¿cuantos días llevas aquí? ¿3 no? No mames, apestas y vas a contaminar los cultivos con tus fluidos pestilentes...-. Caminó hacia la esquina como siempre y tomo su pesera de costumbre. En realidad si apestaba, ¿como es que no lo había notado? En fin, no seria la primera ni la última. Bajo en el paradero de Indios verdes y tomo la segunda pesera, todo derecho por circuito interior.
Nunca habia creido en el destino, pensaba en él como una cosa no predestinada, era una especie de combinación azarosa de sucesos que combinados entre si tenían un resultado significativo, científico al fin, todo se debia acomodar y la cascada de eventos debía desencadenar algo importante para poder ser llamado o considerado destino.
La pesera llego a Av. Ceylan mientras Quique veía la figura que limpiaba el parabrisas desde el primer asiento…
Nazario veía a ese riquillo sentadote en primera fila, -no se vaya a ensuciar su batita blanca- pensaba.
2 comentarios:
... come on, baby!!
Ahora sí, ahora sí..., con ligeros toques de cine, comienza a tener un sello, el del DR. MOG. En la continuidad estará la afirmación.
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