
¡Sangra, humano sangra!,
mientras los demonios destruyen tu espíritu,
mientras se alimentan de tu carne.
¿No has visto que mientras tu voluntad es corrompida
el cuerpo se pudre desde adentro?
se consume a si mismo,
se alimenta de la sangre y viseras que te hacen vivir.
¡Revive humano!, que tu misma piel se convierte en mortaja de tu alma inútil,
por la desesperanza y la conmiseración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario